AMBATO, RENACER A LA VIDA
Ambato, antes de 1949, ciudad engalanada con el paisaje
andino, coloreada por el blanco bahareque, la teja, la piedra de sus calles, el
trabajo de su gente, enmarcados en la fecundidad de su tierra, su apego
agrícola y la gran voluntad cimentada en sus alcances y sueños.
El 5 de Agosto de 1949, llego el momento trágico, dado por
el destino, un terremoto devastaba, las ilusiones y sumía en angustia a los
ambateños y tungurahuenses.
Rápidamente, salto la respuesta, el otro sacudón, el de
desempolvarse para siempre, diecinueve meses después del desastre, los
ambateños entonces realizaron, al cobijo intuitivo pero certero del rito
purificador, la primera Fiesta de la
Fruta y de las Flores.
La fiesta, se tradujo en comportamiento colectivo que trajo
la adaptación al medio natural, a la nueva realidad, la del post terremoto.
Construida como oportunidad, como posibilidad inequívoca, es decir como
antídoto y contraste de lo sufrido y consumado.
Las sesenta y tres ediciones de la Fiesta de la Fruta y de
las Flores, en Ambato, se enmarcan en la posibilidad de decir que ella tiene
"SU IDENTIDAD", forjando una ciudad en plenitud de acción y en
"CONTINUA RECONSTRUCCIÓN", con una manifestación de voluntades que
tiene la respuesta en "LA FIESTA DE AMBATO", actual e incomparable.
El Desfile de la Sexagésima Cuarta edición de la Fiesta de
la Fruta y de las Flores, nos mostrara en tres segmentos, la manifestación de
las voluntades de los ambateños, que aceptando el precio propuesto por la
naturaleza, se levantaron con fervor y entusiasmo en la búsqueda de resultados
tangibles y perdurables.
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